22 de marzo de 2016

CELEBRADO EL PREGÓN OFICIAL DE LA SEMANA SANTA DE ÚBEDA 2016

Texto: Miguel Berlanga
Fotografía: Alberto Román

            Cuando la palabra, la música y las imágenes se unen de la forma en que el pasado 19 de marzo lo hicieron en el Auditorio del Hospital de Santiago, todo se transforma en emoción, en un sentimiento profundo de devoción y de fe.



Con gran expectación era esperado el Pregón de nuestra Semana Santa que pronunció D. Jesús Manuel Monforte Vidarte. Cuando unos días antes le hacíamos entrega de las cubiertas para su pregón, ya descubrimos además del sacerdote a esa persona comprometida y afable, al cofrade y al amigo, al que agradecemos que en su pregón tuviese unas palabras sencillas y profundas  hacia nuestra tertulia que solo él y nosotros conocemos pero que  quedarán siempre en nuestro recuerdo.

Con un escenario que ya hacía prever que íbamos a escuchar un pregón distinto, cuando Jesús empezó a leer, a todos los asistentes poco a poco nos fue transportando con su potente narración a otra época, a ser testigos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Esa original manera de contarlo en primera persona iba cautivando al Auditorio, nos iba llevando de la mano a cada uno de los lugares donde se desarrollaban los hechos siguiendo el evangelio de san Lucas. En ese momento los que lo estábamos escuchando éramos uno más, estábamos allí. Y aquí es donde el paralelismo con cada una de nuestras cofradías, con las imágenes que se iban proyectando y con la música a piano de las marchas de cada una de ellas nos fue llevando a esa particular vivencia que todos los ubetenses que amamos la Semana Santa tenemos.

Cada momento de la vida de Cristo se plasmaba en una imagen, se interiorizaba con las notas musicales, nos llevaba a cada uno a un rincón distinto de nuestras vivencias, de nuestros recuerdos, de nuestra devoción. La música y las imágenes, arropadas con esas palabras que en primera persona nos seguían contando todo lo que sucedía, nos hacían ver lo que de verdad son nuestras procesiones, cómo cada una de las imágenes parecían sacadas de su relato para que justo en ese preciso momento que cada una representa  pudiéramos compartir con Cristo su Pasión.

La emoción y los sentimientos profundos seguían y los hechos narrados continuaban contados por alguien que sufría con Jesús, que lo acompañaba, que veía cerca el trágico final. Ya casi concluyendo, el pregonero nos desveló que quien nos había relatado el sufrimiento del Hijo no era otra que María. De pronto la figura de la Madre se materializó envuelta en poesía en cada una de las advocaciones de nuestras queridas imágenes de la Santísima Virgen. Era ella la que nos invitaba a vivir y sentir la Semana Santa como ella lo hizo acompañando a Jesús en la Calle de la Amargura, en su camino hacia el Gólgota, pero sobre todo viviendo con alegría y gozo el momento de la Resurrección.


Gracias Jesús por tu sensacional pregón, por llevarnos con tus palabras a sentir el verdadero significado de la Semana Santa.