Hay ausencias que son imposibles de sustituir.
Pero precisamente esas ausencias insustituibles no son nunca ausencias completas, porque nos han dejado marcado el corazón.
Para nuestra tertulia “Lignum Crucis” nuestro hermano Olmo estará siempre en el corazón y en el alma de la tertulia, como está en el corazón de cada uno de los que pudimos disfrutar de su amistad, sus bromas estilo “granaíno”, su categoría y saber estar, su esperanza y su entereza, su fe y su sentido cristiano “hasta la médula”.
Sabemos que José Antonio está en un lugar mejor, y que desde allí, junto al Padre, intercede por su tertulia y sus hermanos, aunque a nosotros nos duela el alma cada vez que pensamos que no podremos disfrutar de su compañía en nuestras futuras reuniones, y que esa ausencia nunca la podremos llenar.
Pero “Lignum Crucis” es también “árbol de la cruz” desde el que la Pasión y la posterior Resurrección da ramas, hojas y fruto.
Y uno de los mejores frutos de nuestro hermano Olmo, de los que se sentía más orgulloso, es su hijo Gabriel.
Por eso sabemos que nadie mejor que Gabriel puede continuar su legado en nuestra tertulia, y que con este nuevo Olmo siempre podremos brindar por todo lo que nos dio su padre.
Así, en el día del Corpus Christi, en el que el Pan de Vida recorre las calles engalanadas de nuestra Úbeda, la “Tertulia Cofrade Lignum Crucis” recibe a su nuevo tertuliano, a Gabriel Olmo, sabiendo que José Antonio estará especialmente orgulloso hoy y que todo lo que ha sembrado en Gabriel dará fruto en nuestra tertulia.
Bienvenido a casa Gabriel. Bienvenido hermano tertuliano.